miércoles, 3 de marzo de 2010

Guilt

Una tarde más, se sentaron a hablar. Hacía tiempo que sus conversaciones no eran las mismas, antes interminables y amenas, ahora cada vez más cortas y triviales. Pensar en todo lo que había ocurrido le partía el alma y no podía evitar que aquel sentimiento de horrible culpabilidad le invadiera. Había actuado totalmente en contra de sus adorados principios y ahora se encontraba en mitad de la nada, sin saber cómo encauzar la situación. Le parecía increíble que solo unos segundos hubieran vuelto todo su mundo del revés.

Pasaba las horas del día intentando mantener la mente ocupada el máximo tiempo posible, para que, así, el cúmulo de sentimientos enredados le asediara con menos frecuencia. Aún así, no podía dejar de pensar en el daño que se estaban haciendo y en cómo diablos sería posible volver a la normalidad sin perderse.

Cuando caía la noche, era casi incapaz de conciliar el sueño y, si lo conseguía, terribles pesadillas se apoderaban de su mente.

Siempre le habían dicho que las cosas ocurrían por "algo", pero, ¿qué cosa era ese "algo"? ¿Destrozarse el corazón?

When the lights go down...

La calle estaba desierta. La leve luz de las farolas apenas permitía vislumbrar una figura que esperaba apoyada en un muro mientras aspiraba el humo de un cigarrillo. Ruido de tacones que se acercaban, intuyéndole en la oscuridad, deseándole intensamente, como si fuera la última vez.

Las palabras hacía mucho tiempo que no eran necesarias, un solo roce era capaz de expresarlo todo. Llovía intensamente, pero no importaba, lo que realmente era vital era el estar tan cerca, con aquel cúmulo de sentimientos tan a flor de piel, sabiendo que lo que tenían era tan especial y único que a veces hasta dolía pensarlo. La atrajo hacia su cuerpo y, cerrando los ojos, se fundieron en uno, guardando el instante en sus almas como el tesoro más preciado, sabiendo que estaría presente en sus pensamientos todos y cada uno de los días de sus vidas.

La fugacidad del tiempo hizo que ella se alejara de nuevo antes de lo que habrían deseado, dejándole su perfume clavado en la piel y su intensa mirada grabada en el corazón. Encendió otro cigarrillo y murmuró para sus adentros "Ojalá pudiéramos dejar que esto no acabara nunca"